Prof. Fazio
8 de oct de 20212 min.
Un homenaje repudiado en el sur de Italia, en la localidad de Sapri, abrió un fuerte debate sobre la sexualización del cuerpo femenino. La estatua sexista podría ser removida a pocos días de su inauguración luego de las protestas feministas que causaron polémica.
Foto extraída de: https://www.dire.it/27-09-2021/670929-spigolatrice-di-sapri-hot-tutti-contro-la-statua/
Nos encontramos en Sapri, una pequeña localidad en la provincia de Salerno con menos de 7 mil habitantes pero que en los últimos días se encontró al centro del debate por la inauguración de un monumento dedicado a la "Spigolatrice di Sapri", mujer protagonista de la celebre poesía de Luigi Mercantini que es considerada un clásico de la época "risorgimentale" italiana.
La polémica explotó cuando la rama femenina del Partido Democrático de Palermo tachó a la representación como una sexualización del cuerpo de la mujer y que nada tiene que ver esta estatua con los mensajes políticos y sociales que representa la protagonista. Con formas provocadoras y estereotipadas que desfiguran totalmente el mensaje. Además afirman que:
"Una vez más se nos pide que suframos la humillación de vernos representados en forma de cuerpo sexualizado, desprovisto de alma y sin conexión con lo social y político de cara a una historia bien distinta: la figura de la Spigolatrice di Sapri, concebida y poetizada por Mercantini, se reduce a un estereotipo en Sapri el cual nada nos dice sobre la revolución anti-borbónica y la autodeterminación de una mujer que elige no ir a trabajar para tomar partido en contra el opresor "
Con palabras fuertes y sin pelos en la lengua, estas activistas políticas plantean una problemática real y que en pleno siglo XXI sigue pendiente y sostienen que una vez más se desperdició la posibilidad de dar vuelta la historia, esgrimiendo una estatua más acorde a la realidad y saliendo del estereotipo del cuerpo perfecto.
Esperemos que sus reclamos lleguen a buen puerto y se logre un acuerdo para resolver de una vez por todas este problema y comenzar a construir juntos una historia distinta a la idealizada, es decir, una historia real con cuerpos y personas reales como protagonistas. Seguiremos pendiente de este caso para ver como se resuelve el dilema de la estatua sexista.