Viernes 17: el día de la desgracia en el imaginario italiano
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- 17 oct
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Un análisis cultural entre superstición, historia y simbolismo numérico
En Italia, pocas fechas evocan una mezcla tan singular de temor e ironía colectiva como el viernes 17. Considerado por muchos un día nefasto, portador de mala suerte y presagios oscuros, representa una excepción curiosa dentro del panorama europeo, donde la superstición se concentra más bien en el viernes 13. Pero ¿por qué precisamente el 17? ¿Y por qué, al unirse al viernes, adquiere un poder tan negativo en el sentir común de la cultura italiana?
El origen de esta creencia es un entramado de historia, religión y simbolismo numérico, en el que elementos paganos y cristianos se entrelazan en un mosaico de significados acumulados a lo largo del tiempo.
El número 17: entre numerología y simbolismo fúnebre
El número 17, en sí mismo, posee una resonancia simbólica ambigua. En la antigua Roma, el número XVII escrito en cifras romanas puede reordenarse como VIXI, que en latín significa “he vivido”, implicando por tanto la idea de que la vida ha terminado. Esta coincidencia lingüística lo convirtió pronto en emblema de muerte y mala suerte, especialmente en un contexto cultural donde la palabra escrita se consideraba portadora de poderes mágicos o proféticos.
En la Edad Media, la simbología numérica asumió un papel central en el imaginario religioso: el 16 representaba la perfección cuadrada (4x4), mientras que el 18 evocaba el número de la vida (dos veces nueve, cifra considerada sagrada). El 17, situado entre estos dos valores “armónicos”, se convirtió así en símbolo de desorden y desequilibrio, casi una alteración del orden divino.
A nivel bíblico, además, el Diluvio Universal habría comenzado el día 17 del segundo mes, según el libro del Génesis, lo que confiere al número un valor adicional de destrucción y castigo.
El viernes: día del sacrificio y de la caída
Al peso simbólico del número se suma el del día. El viernes, en la tradición cristiana, se recuerda como el día de la crucifixión de Cristo, un momento de dolor y sacrificio universal. Desde entonces, en la cultura católica, este día se asocia con el luto, la penitencia y la desgracia.
Durante la Edad Media se creía que comenzar un viaje o emprender un negocio en viernes era de mal augurio: marineros, comerciantes y campesinos preferían esperar al sábado o al domingo para iniciar sus actividades, temiendo la ira divina o la mala suerte.
Cuando el viernes se une al 17, se forma una combinación de dos símbolos negativos, un binomio de presagio y desgracia que el imaginario colectivo italiano ha hecho propio, transmitiéndolo hasta nuestros días.
Entre la ironía y los rituales: el supersticioso contemporáneo
En el siglo XXI, la superstición ligada al viernes 17 sobrevive con sorprendente vitalidad, aunque hoy se reviste de ironía y ligereza. Muchos evitan casarse, viajar o firmar contratos en esa fecha, mientras otros aprovechan para desafiar a la suerte y revertir el significado del día, casi como un gesto liberador frente al miedo.
La industria de la comunicación y el marketing ha sabido captar esta ambivalencia cultural: campañas publicitarias, películas y programas de televisión juegan regularmente con el atractivo del “día maldito”, transformándolo en un fenómeno de moda más que en un temor real.
No obstante, persisten rituales apotropaicos en el folclore italiano: tocar hierro, hacer los cuernos o lanzar sal por encima del hombro siguen siendo gestos automáticos, vestigios de un pasado en el que la frontera entre superstición y fe era extremadamente difusa.

Un fenómeno exclusivamente italiano Viernes 17
Resulta interesante observar cómo Italia se distingue del resto del mundo occidental en esta creencia específica. En los países anglosajones, el “día negro” es el viernes 13, ligado a la muerte de los templarios ocurrida un 13 de octubre de 1307. Esta divergencia numérica revela diferentes capas simbólicas entre las culturas latinas y las nórdicas: mientras unas asocian la desgracia al 17 por motivos lingüísticos y religiosos, las otras lo hacen a través de referencias históricas y caballerescas.
En España y América Latina, curiosamente, la mala suerte se concentra en el martes 13, ya que Marte, dios de la guerra, se considera portador de violencia y desastres. Este mosaico de creencias muestra cómo cada cultura construye sus propios símbolos del mal a partir de coordenadas históricas, lingüísticas y espirituales particulares.
Más allá de la superstición: el poder del símbolo el viernes 17
Más allá de la superstición, el viernes 17 ofrece un espejo fascinante del modo en que los seres humanos otorgan sentido al caos del mundo. Su fuerza no reside en la realidad de los hechos, sino en el poder imaginativo del símbolo, capaz de sobrevivir a los siglos y adaptarse a los lenguajes del presente.
En una época dominada por la racionalidad y la tecnología, la persistencia de tales creencias demuestra que la necesidad de misterio sigue siendo un rasgo esencial del alma humana. Tal vez, después de todo, creer en la mala suerte de un día como el viernes 17 no sea más que una forma elegante de reconocer nuestra vulnerabilidad ante el destino… y, en el fondo, sonreírle..



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