Por si no nos quedó del todo claro, Italia es algo así como un cuento fantástico dentro del mundo real. Las peculiaridades que encontramos a lo largo y ancho de la península asombrarían a cualquiera que las vea, y hoy no es la excepción. Viajen con nosotros para conocer el campanario sumergido en Italia.
Italia, el país donde todo es posible
Como ven en la foto, este no es un chiste, sino una prueba más de lo que les comenté más arriba. Realmente parece una ilustración sacada el un cuento de hadas o un mito antiguo (personalmente me hizo pensar en el rey Arturo y la Dama del Lago). Pero no, es la realidad. Este campanario se encuentra situado en Val Venosta, en el Alto Adige, al extremo noreste del país. El lago de Resina es el que rodea la construcción y su historia es muy particular Esta región limita además con Austria y Suiza, y estuvo en disputa justamente con el viejo Imperio Austro-húngaro, pero que luego de la Primera Guerra Mundial quedó anexado a Italia.
El campanario de estilo románico, construido en el siglo XIV, es un silencioso testimonio del pueblo que vivió esas tierras por generaciones, ya que ahora es lo único que se puede observar y genera una vista increíble y única. Digna de un relato de fantasía.
¿Como termina un campanario en un lago?
Probablemente esa pregunta, en otro contexto, no tenga ningún sentido. Pero acá todo es posible y les vamos a contar como es que pasó.
Ya en la época del Imperio Austro-húngaro, se estaban proyectado planes para crear una cuenca artificial para una represa de energía hidroeléctrica, siendo una posición estratégicamente perfecta. Pero con la anexión del territorio al Reino de Italia, el proyecto saltaría hasta el 1920, donde se propuso subir el nivel del agua a 5 metros.
Pero en 1933 se concesiona el proyecto a una empresa privada que decidió subir el nivel del agua 22 metros,
Autor: Davide Bedin
Italia, con sus locuras, misterio y maravillas, es el punto en donde los cuentos de hadas se chocan con la realidad. Increíblemente, de una situación extraña, Italia siempre logra sacar una sonrisa. Y este es un acto distintivo de cada italiano. Dicen que lograr sacar belleza del caos es virtud, bueno, entonces me parece que el campanario sumergido en Italia es un hermoso ejemplo.
