En la provincia de Brescia, en la región Lombardía, asomado al espléndido Lago de Garda, hay un espolón de roca sobre el cual se eleva una construcción muy especial: se trata del Santuario de Montecastello, también conocido como santuario de la Virgen de la Estrella, el cual fue edificado en consecuencia de una misteriosa aparición.
A parte del espectacular paisaje circundante, este santuario se precia de valores arquitectónicos y artísticos, pero también una gran cantidad de ex votos, es decir de ofertas por una gracia, entre los cuales resalta uno que está ligado a una turbia historia de feroces crímenes cumplidos por un legendario bandido.
Un lugar perfecto
El santuario de Tignale se recorta sobre un saliente de roca a pique sobre el Lago de Garda. Ya solo por la vista del lago y del paisaje circundante no asombra que este lugar sea considerado uno de los más lindos de la zona.
Echando una mirada a lo lejos se pueden ver las cumbres del Monte Baldo, un macizo montuoso que supera los 2200 metros de altitud, como también la península de Sirmione, que se alarga al interior del lago de Garda, el más extenso de toda Italia.
Pero claramente no hay tan solo el encanto de la naturaleza. El mismo santuario es indiscutiblemente bello, ya en la estructura arquitectónica, ya en las decoraciones, que comprenden unos preciosos frescos.
A la merced del tiempo
El edificio sagrado fue erigido en el lugar en que antiguamente había un templo, que luego fue convertido en un castillo. En su interior conserva la así dicha ‘Casa santa’ que es un templete cuyo origen se cree que remonte aproximadamente al 800 d.C. Esa se encuentra detrás del altar, es en piedra y conserva un notable fresco de la escuela de Giotto que remonta el siglo XIV y, por fuera, está decorada con una soasa, o sea una estructura de estatuas de madera esculpidas por talladores de Trento.
Según la tradición, el santuario habría sido construido en el 1283 y debería su nombre de ‘Virgen de la Estrella’ a un suceso pasado poco antes, cuando la aparición de una misteriosa estrella acabó con una guerra sangrienta entre habitantes de Trento y de Brescia que se estaba realizando precisamente en Tignale. Este leyenda, muy fascinante, no puede ser confirmada ya que no quedan pruebas de tal aparición.
La primera fecha absolutamente cierta es la del 1458, que fue escrita en el fresco de la Virgen con el Niño y San Sebastiano, que adornan las salas junto con otro fresco que representa a la Virgen en trono con Vigilio, obispo de Trento.
El actual santuario fue construido en el 1599, cuando fue realizada también la magnífica escalera monumental a la entrada. Aproximadamente un siglo después el interior fue ampliado. Y, por fin, la fachada fue reconstruida en el 1903. En el 2008 el entero complejo ha sido objeto de restauración.
Gracias divinas, ex votos y bandidos
Las muchas gracias que los habitantes del lugar atribuyen a la Virgen están testimoniadas por la gran cantidad de ex votos dejadas en signo de gratitud en el santuario. Entre ellos resalta uno muy particular, primero que todo por las dimensiones: es seguramente el más grande de toda Italia y probablemente de la Europa entera.
En segundo lugar este ex voto no es fruto de la curación de una enfermedad, o del nacimiento del un niño muy deseado, sino de la muerte de un temible bandido que por años había señoreado sobre el territorio. Su nombre era Giovanni Beatrice, pero fue conocido como Zanzanù y la leyenda popular le atribuía más que 200 homicidios, aun si en realidad debieron ser muchos menos.
Cuando, durante un sangriento tiroteo, Zanzanù fue matado el 17 de agosto del 1617, el Municipio de Tignale encomendó al pintor Giovanni Andrea Bertanza la tarea de retraer la escena en un cuadro, realmente dramático, que luego fue donado al santuario como agradecimiento por la gracia recibida.
Si irán a Tignale, por lo tanto, además que gozar del panorama espectacular, los preciosos frescos y la arquitectura admirable del Santuario de Montecastello, echen también una mirada a los ex votos, y podrán hacerse una idea de la relación de la gente local con el santuario.
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