Umberto Tozzi: el cantautor italiano que puso a cantar al mundo entero
- Radio Italiane - Torre di Pisa

- 14 jul
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Hay canciones que no conocen fronteras ni generaciones. Basta con que empiece a sonar ese "Ti amo..." o que el ritmo de Gloria se apodere del ambiente para que la memoria se active y los pies se muevan solos. Detrás de esos himnos está Umberto Tozzi, el artista italiano que desde los años setenta convirtió sus letras en banda sonora de amores, veranos y nostalgias alrededor del mundo.
Primeros acordes: de Turín al escenario italiano
Umberto Tozzi nació el 4 de marzo de 1952 en Turín, pero sus raíces familiares lo conectan con el sur de Italia: sus padres eran emigrantes oriundos de Rodi Garganico, en el Gargano. Desde chico vivió la música de cerca gracias a su hermano mayor, Franco Tozzi, un cantante que alcanzó cierta notoriedad en los años 60. Umberto comenzó acompañándolo como guitarrista en sus giras, tocando desde las sombras mientras absorbía los secretos del escenario.
A los 16 años, formó su primera banda de rock, Off Sound, en su ciudad natal. No pasó mucho tiempo hasta que se mudó a Milán, donde conoció a Adriano Pappalardo y juntos armaron un grupo musical de 13 personas que recorrió toda Italia. Esa experiencia de ruta, escenarios chicos y grandes, forjó al músico y performer que más adelante conquistaría al mundo con estribillos imposibles de olvidar.
El primer gran salto llegó en 1972 con Un corpo, un'anima, tema escrito junto a Damiano Dattoli y ganador del popular concurso televisivo Canzonissima. Aunque la canción fue interpretada por Wess y Dori Ghezzi, fue una prueba clara de que Umberto Tozzi tenía talento para crear melodías que atrapaban al público.
Éxito internacional: de “Ti amo” a “Gloria”
Después de varios años explorando la escena musical italiana, el despegue definitivo llegó en 1977 con una canción que se convertiría en leyenda: "Ti amo". Melódica, apasionada y sencilla, esta balada consagró a Umberto Tozzi como uno de los grandes del pop italiano. Fue número uno en Italia durante siete semanas y, con el tiempo, se transformó en un himno romántico internacional.
Le siguió “Tu” en 1978, un tema vibrante que reforzó su estilo directo, emocional y accesible. Ese año, Tozzi emprendió una gira por Australia, donde sus discos llegaron a los primeros puestos de ventas y lo posicionaron como artista de alcance global.
Pero el verdadero fenómeno mundial llegó con “Gloria” en 1979. La canción, con su ritmo envolvente y su aire entre místico y rebelde, rompió barreras idiomáticas. Fue tal su impacto que en 1982 la cantante estadounidense Laura Branigan grabó una versión en inglés, llevándola al número uno en ventas en Estados Unidos y Canadá. “Gloria” sonó en las radios, en las pistas de baile y en películas, y se convirtió en una de esas canciones que definen una época.
Así, en solo tres años, Umberto Tozzi pasó de ser un compositor de culto a una estrella internacional que ponía a cantar —literalmente— al mundo entero.

Regreso y reinvención: el artista que nunca se fue
Luego de su intensa década de éxitos, Umberto Tozzi se tomó un tiempo lejos de los grandes escenarios. Pero como ocurre con los artistas verdaderos, su música nunca dejó de sonar, ni de estar presente en la memoria colectiva. Y su regreso no tardó en llegar con fuerza.
En 1987, volvió al centro de la escena musical participando del Festival de San Remo, el certamen más emblemático de la canción italiana. Ese mismo año, Tozzi fue elegido para representar a Italia en el Festival de Eurovisión, en Bruselas, junto al joven cantante Raf. Juntos interpretaron "Gente di mare", una emotiva canción que hablaba de raíces, libertad y pertenencia, con la que lograron un dignísimo tercer puesto. Más importante aún, se ganaron el aplauso de toda Europa.
Esa etapa marcó un nuevo capítulo en su carrera, donde Tozzi comenzó a alternar éxitos pop con colaboraciones, recopilaciones, conciertos internacionales y álbumes más introspectivos. Su estilo maduró, pero su esencia —esa mezcla de romanticismo, pasión mediterránea y pegada melódica— se mantuvo intacta.
Umberto Tozzi íntimo: el hombre detrás de las canciones
Detrás de los focos, los discos de oro y los festivales, Umberto Tozzi construyó una vida personal tan intensa como sus letras. Desde 1991 vive en Montecarlo, junto a Michela Micheliotto, con quien se casó nada menos que cuatro veces: en la iglesia, en el ayuntamiento, en Mauricio y en Montecarlo. Más que un capricho, fue una celebración del amor en todas sus formas, tan teatral y romántica como sus propias canciones.
La pareja tuvo dos hijos, Gianluca y Natasha, a quienes Tozzi siempre ha mencionado como una de sus mayores fuentes de alegría. Además, tiene otro hijo, Nicola Armando, fruto de una relación anterior con Serafina Scialò, oriunda de Friuli.
Lejos del estrellato mediático, Tozzi ha sabido mantener un perfil bajo en su vida privada. A pesar de su enorme fama, se muestra como un hombre sencillo, familiar, agradecido con la vida que construyó y siempre dispuesto a volver a subirse a un escenario si es para reencontrarse con su público.
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Un legado que sigue sonando
Umberto Tozzi no es solo un nombre en la historia de la música italiana; es una voz que sigue vibrando en cada rincón del mundo. Sus canciones, cargadas de pasión, amor y ritmo, siguen siendo el soundtrack de vidas, encuentros y recuerdos.
Desde Turín hasta Latinoamérica, pasando por Europa y más allá, Tozzi nos enseñó que la música no tiene fronteras ni edades, y que un buen estribillo puede unir generaciones enteras. Hoy, su obra sigue viva en la voz de quienes lo escuchan y en el espíritu de quienes sueñan con cantar al mundo entero.
Porque Umberto Tozzi es, y será siempre, el cantautor italiano que puso a cantar al mundo entero.




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