Como suele ocurrir en las mejores familias, incluso en nuestra bella Italia se discute sobre el origen de la grappa: la disputa, en particular, concierne a todo el norte de Italia, pero esta vez Cerdeña también se interpone con su famoso "filu 'e ferru ".
De medicina para el cuerpo a medicina del espíritu
Sin perdernos en charlas inútiles, solo podemos decir que hasta el 1700 las reglas de la destilación las dictaban los Jesuitas, y recién en el siglo XVI se empezó a beber esta medicina que tenía el poder de calentar el cuerpo y el alma y sobre todo a buen precio, ya que era elaborado con los residuos de las uvas: quien podía tomaba vino.
Pero la verdadera revolución tuvo lugar en 1874, cuando el gobierno de Saboya prohibió la producción casera de bebidas espirituosas e impuso autorizaciones de impuestos especiales: y aquí el pueblo italiano se las ingenió para producirlo en la clandestinidad, a menudo por mujeres, que se quedaron en casa mientras sus maridos estaban en el campo. Cabe mencionar aquí la inventiva de los Sardos, que escondían los licores bajo tierra con un alambre que salía del suelo: nació el famoso “filu 'e ferru”.
La evolución y el reconocimiento de la exclusividad
Habiendo ayudado a las tropas alpinas en la Primera Guerra Mundial, que gracias a la grappa encontraron ese coraje y ese valor que las hizo famosas ( "un alpino nunca da la espalda" ) para comenzar después de la Segunda Guerra Mundial, este néctar comenzó a extenderse por toda la península y también su elaboración se difundió: desde la grappa mono-varietal hasta la crianza en barrica.
En 2011, el decreto núm. 5389 establece que la grappa es el aguardiente de orujo elaborado con uvas producidas exclusivamente en Italia.
Y en 2018 en el IWSC, el campeonato mundial de vinos y bebidas espirituosas, la grappa "giara di amarone" ganó el primer premio como mejor destilado del año.
Habiéndose convertido ahora en un famoso digestivo y extendido por todo el mundo, la grappa es una forma, para los italianos en el extranjero, de terminar una cena sintiéndonos como en casa.
