La ciudad de la moda y de las más importantes pasarelas del mundo viene a poner en la boca de todos un hecho que puede parecer casi ridículo. Y es que, en Milán no hay una sola estatua de una mujer laica. Si tiene representaciones de la Virgen y otras santas, pero ninguna que salga del paradigma religioso. Por eso, el hecho de que se inaugure la primera estatua dedicada a una mujer nos parece, en este sentido, un gran avance simbólico en la igualdad de genero.
Foto extraída del archivo de https://blog.urbanfile.org
Una deuda con la sociedad
Pero ¿como puede ser? La pregunta nos surge a todos. Parece casi un chiste de esos que pasaron de moda, pero así es. Ninguna de las 121 esculturas que adornan a la ciudad de Milán es mujer (con excepción de mujeres religiosas). Lo llamativo es que la situación se da en una de las metrópolis más importante del planeta. Pero hay más, si nos fijamos con atención, son pocas (o ninguna) las calles o plazas que llevan el nombre de una mujer, y esto no es poca cosa. La historia se construye de esta forma, olvidándose de actores fundamental, relegándolas al olvido o a un papel secundario cuando, en muchísimos casos, fueron de grandísima importancia.
En este sentido, queremos felicitar a la ciudad de Milán que este 15 de septiembre dio un paso fundamental para comenzar a construir la igualdad de genero también en lo simbólico, devolviéndole a estas mujeres los honores que les corresponden. Por eso, ya están planeadas otras estatuas y reconocimientos para algunas de las mujeres más importante de nuestra historia.
¿A quien esta dedicada la famosa estatua?
Cristina Trivulzio di Belgiojoso, una de las madres de la patria, fundamental en la etapa "risorgimentale" y en la construcción de la Italia moderna. Como no podía ser de otra forma, Cristina fue una mujer muy adelantada a sus tiempos, recibiendo en su salón a prominentes personalidades de las guerras de independencia italiana y abriendo en 1840 una escuela para niños sin recursos en las cercanías de Milán. Trabajó para mejorar las condiciones de vida de los más perjudicados y fue reconocida por grandes intelectuales de la época.
Por ejemplo, el filosofo francés Victor Cousin la definía como "Mujer por naturaleza, hombre por ingenio". Una frase absolutamente fuera de nuestros tiempos, pero que pensada en el siglo XIX nos da una idea de quien era Cristina.
Otros dos reconocimientos ya están en el tintero. Dos estatuas dedicadas a la astrofísica Margherita Hack y a la madre del socialismo italiano Anna Kuliscioff. Y a nosotros no nos resta más que festejar este progreso que demuestra el trabajo y la dedicación para el reconocimiento de la igualdad en todas sus formas. Esperemos que la primer estatua dedicada a una mujer sea solo el inicio de una sociedad más justa.
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