La historia del deporte se escribe todo el tiempo, día a día se rompen récord eternos. Esto pasa siempre, ni hablar en época de Juegos Olímpicos, en donde todos seguimos deportes que no volveremos a ver por otros 4 años. Pero así es esto, y en estos días el grupo deportivo de la policía de Estado logró algo que nadie se esperaba. Un oro olímpico en Tokio 2020 que vale un lugar en la historia del deporte italiano.
La emoción de ser italiano
Marcell Jacobs - el hombre más rápido de la historia italiana
Tuvieron que pasa 125 años, juegos tras juegos, pero un día se dio. No solo fue el primer italiano en entrar en una final de los 100 metros de unos Juegos Olímpicos, al parecer a Jacobs esto no le alcanzó. Tuvo que ir por más. El italiano reventó su propria marca personal para colgarse la dorada en tierras japonesas y convertirse en leyenda absoluta del deporte.
El numero mágico fue 9”80, marca personal, récord europeo y oro olímpico. Como decimos en Italia: chi più ne ha, più ne metta. Frase intraducible pero que hace referencia al gran numero de logros que nuestro Jacobs rompió luego de años y años de entrenamiento y que se relajan en el tiempo de 9”80.
Pero ¿quien es la revelación de Tokio?
Hijo de un ex-militar estadounidense y de mama italiana, nacido en Texas pero criado en Desenzano del Garda, padre de 3 hijos y representante de las Fiamme Oro, el grupo deportivo de la policía del Estado. En un deporte en donde las milésimas de segundo son vitales, Jacobs pasó toda su cuarentena entrenando para poder cumplir su sueño desde que piso una pista de atletismo a los 9 años. Ni el podía imaginarse lo que le depararía el destino.
Pero acá estamos, festejando una hazaña épica como solo el deporte nos puede dar. Jacobs se convirtió en el símbolo de todos aquellos que sueñan en grande, de quienes no concuerdan con la palabra "imposible". Hizo suya una disciplina en la cual Italia destacó muy pocas veces, y rompió la hegemonía que el continente americano tenia sobre ella, ya que desde hace más de 20 años ningún representante de otro continente había ganado la competencia.
Que orgullo el nuestro que, una vez más, inflamos el pecho y nos acordamos lo lindo que es ser italiano. Tokio 2020 aun no termina, pero para nosotros, lo que queda va a ser un recuerdo de lo que vivimos. Gracias Jacobs, una empresa digna de tu perseverancia.
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